HISTORIA DE LA MICROPIGMENTACIÓN

La micropigmentación es un tratamiento aparentemente simple y que ya forma parte de la estética como uno de los tratamientos más demandados por los pacientes. Sin embargo no siempre ha sido como es actualmente, ya que desde su iniciación en España ha sufrido un cambio radical en modo de uso y en resultados.
Hasta hace no mucho, la micropigmentación era una técnica que era aprendida mediante un curso de 1 o 2 días y la especialización era casi nula. A dia de hoy existe un gran control sobre su uso y las clínicas especializadas se ven obligadas a cumplir con una serie de requisitos para poder hacer uso de este servicio.
Cuando se comenzó a aplicar el uso de la micropigmentación como uso estético, se utilizaba una única aguja para realizar todo el tratamiento. La evolución de esta técnica ha permitido que actualmente su aparatología sea mucho más avanzada, reduciendo el tiempo y la dificultad que entraña para el profesional que va a aplicarlo. También la gama de colores de los que se disponen actualmente es mucho mayor, por lo que inevitablemente sus resultados son mucho más naturales.
El primer hito sobre la micropigmentación que encontramos en la historia, se remonta a 1850. Donde se comenzó a utilizar para camuflar marcas de nacimiento y cicatrices. Desde la Segunda Guerra Mundial ya se consideraba la micropigmentación como una técnica que servía tanto para dar color a labios, cejas y parpados con distintas tonalidades.
Si bien es cierto que el tatuaje común ha sido muy relevante en la historia de algunas culturas, el maquillaje permanente se ha abierto paso a un ritmo frenético hasta colocarse en un puesto privilegiado en el campo de la estética.
Las diferencias son claras: el tatuaje aplica pigmentos de distintos colores a un nivel muy profundo de la piel, por lo que sus efectos son más duraderos pero se ven rápidamente desmejorados con el tiempo, y a su vez, a diferencia de la micropigmentación, puede ser realizado en cualquier parte del cuerpo. El maquillaje permanente es únicamente aplicado en zonas similares a las que solemos decorar con maquillaje normal, es decir, labios, línea del párpado y cejas entre otras.

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